Francisco Rodríguez
Cuando un país está sometido por una caterva de ignorantes, es muy refrescante un aire de libertad, asomándose al contenido de un tesoro que no puede ser hoyado por los mercachifles del patrimonio nacional: los libros. Es lo más parecido a lo contestatario y acompañará siempre la protesta racional y documentada contra los abusos.
Copia y pega esta URL en tu sitio WordPress para incrustarlo
Copia y pega este código en tu sitio para incrustarlo